lunes, 23 de julio de 2012

IMPRESIONES SOBRE LA PELICULA “LA OLA”

Tras observar la película “La Ola”, film germano del director Dennis Gansel, producida en 2008, considero necesario realizar una reflexión acerca de algunos puntos relevantes, desde la visión de la educación y la docencia.

El maestro se configura en un líder innato dentro de un grupo de personas altamente receptivas, como lo es un grupo de adolescentes, este rol se encuentra designado por la naturaleza propia de su labor, al estar esta encaminada al direccionamiento o guía del grupo de estudiantes, por tanto, sobre el, recaen algunos compromisos que le permitirán, no solo, trasmitir de la manera mas apropiada la información a socializar con los jóvenes, sino, facilitaran en desarrollo de la temática; estas obligaciones parten principalmente de hacer una racionalización estricta de la información que se desea trasmitir y una precisión conceptual de la misma, toda vez que se han diseñado las actividades de mayor impacto y las metodologías que puedan arrojar los mejores resultados en la comprensión de dichos conceptos, demarcado, claro esta, el hilo conductor y comunicándolo al grupo de trabajo a fin de conseguir una proyección de los objetivos que se pretende alcanzar, mientras se realiza una supervisión precisa del desarrollo de las mismas, que como queda en evidencia en esta adaptación cinematográfica, la aplicación de actividades practicas y adaptables a la cotidianidad, convergen en un mejor entendimiento y optimizan el abordaje y desarrollo de los significados sociales y culturales, demostrando, como la aplicación de los conceptos a la vida práctica le da valor a las ideas.

Por otra parte, el docente se encuentra en la obligación de adquirir una conciencia y una visión critica acerca del poder que puede llegar a tener sobre el grupo de estudiantes, mientras direcciona esa soberanía en pos del crecimiento intelectual y personal de sus educandos, permitiéndose la asignación de roles a sus alumnos y la rotación de los mismos, para favorecer el desarrollo de las habilidades personales de cada uno de los jóvenes que componen el grupo, siendo esta la manera en la que propenderá por la igualdad de condiciones y la equidad de su miembros. El maestro, se encuentra también llamado a confrontar a los estudiantes ante equivocaciones o respuestas adversas, realizando de esta manera una retroalimentación que le permitirá al joven identificar los desenlaces indeseables, mientras edifica íntegramente su personalidad.

Finalmente, el docente se encuentra llamado a desarrollar una habilidad en la comunicación oral y preverbal que le permita percibir lo que los alumnos sienten y el entorno extra escolar en el que se desenvuelven, así, como las frustraciones que a estos se asocian, permitiéndole reconocer las señales de alarma que puedan presentarse en aquellos jóvenes que cursan con alteraciones en el animo y en su personalidad, mientras, concientiza a los alumnos de que los comportamientos anormales, detectados en sus compañeros, deben ser informados al grupo docente y directivo, pues puede constituir signos tempranos que permitan una intervención oportuna, sin que esto signifique una falta de lealtad por sus compañeros, y se fundamente en la confianza y el respeto mutuo entre estos y el docente.

Catalina Buitrago Almanza
Médico Sexólogo Clínico

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